
Al regreso anunciado de los Rolling Stones, de los Pink Floyd y del showman Jaime Plastín se suma ahora el de los Magreo's Rock&Roll Band. El grupo ha aceptado una oferta para un único concierto en Boecillo durante las fiestas de septiembre. Precisamente en 1998 se despidieron del gran público en esta misma localidad, en un multitudinario concierto en el que desplegaron su fuerza brutal. Posteriormente sería lanzado al mercado discográfico con el titulo El Directo Boecillo 98 (Agapito's Records), del que se han distribuido la escandalosa cifra de 12 unidades. No fueron fáciles los comienzos, cuando sus miembros, procedentes de bandas como Empty River o El Viejo Almacén giraban por antros y garitos como Bodega Jos, el bar de Poloto o el mítico Olímpico's House de Valladolid y se tenían que pagar incluso las birras y el whisky durante las actuaciones. Sin embargo lograron alcanzar el éxito donde nunca lo habían buscado: En la puerta de la Iglesia. El 5 de septiembre de 1998 los Magreo's Rock&Roll Band actuaban contratados por la Comisión de Fiestas y dice la leyenda que Dios y el Diablo coincidieron aquella noche mágica en Boecillo. "Dios visitaba una de sus muchas casas y desde el campanario observó al Diablo entrar en el bar de Poloto fumandose una trompeta de gran tamaño. Pese a su conocida enemistad el rey de los cielos llamó al de los infiernos y le invitó a entrar en su casa, el Diablo evidentemente se negó, pero acepto de Dios un vinito de buen rollo a la puerta de la iglesia. Mientras discutían sobre el reparto de almas de la tierra el Diablo le correspondió pasandole el porrito a Dios, que no pudo negarse a este gesto tan diplomático y dio unas caladillas. Allí, en ese momento, de la unión de las fuerzas del bien y del mal en un mismo punto, del Rock, del alcohol, y del hipnotizante olor a María surgió la banda mas salvaje y enérgica jamás conocida" (Dus, Libro IV, Capítulo I). Después vinieron las desavenencias entre los miembros del grupo, continuas borracheras, peleas por el rumbo musical a seguir, líos de faldas, y discos en solitario para los que se guardaban sus mejores temas. Desde entonces cayó en picado la fama de esta banda desplazada en el estrellato por productos para niñas fabricados por tristes mortales y discomovidas traperas carentes de la verdadera esencia del Rock. Hundidos en la miseria, renacen de sus cenizas varios años después y con sus cinco miembros originales, Levis, Dus, Popeye, Pintiño y El Diablo. Hay quien dice que solo vuelven a los escenarios por la pasta, arruinados por tantos excesos cometidos en el pasado. Ellos afirman volver únicamente por su pasión por el ruido y una botellita de Jack Daniels.

