Con este recibimiento se encontraban los viajeros que llegaban al Infierno, tras el Paraíso y el Purgatorio, en "La Divina Comedia" de Dante. Sin querer parecer 'enterao' (que no culto) esta es la idea que me persiguió durante buena parte de la noche del 12 de enero que como todos sabéis es la noche del desfile de antorchas de los ya conocidos Pingüinos en Boecillo.
El segundo año que recibimos a estos 'intrépidos de la carretera', nos ha dejado un buen sabor de boca. Mejor organización, record de inscripciones y un olor a rueda quemada que no lo supera ni el "World Champion Follator" del chiste de Plastín. Tengo entendido que ha habido una baja en Simancas que entra dentro de lo inevitable. Demasiadas pocas cosas pasan para tal mogollón de gente, motores, alcohol y otros psicotrópicos. Porque esta es 'la cara oculta de la luna', que también la tienen. Algunos, aprovechando la multitud intentaban hasta llevarse máquinas tragaperras de los bares; Jaimito puede corroborar que él mismo tuvo que decir esa frase que a mí tanto me emociona: "Alto a la Guardia Civil".
En fin, son los menos. Yo sigo pensando que es un espectáculo digno de verse; sobre todo el desfile de antorchas que le mueve a uno los higadillos. Este año más fluido y aliñado con una niebla que hacía ver a cada motero como saliendo a un escenario cargado de humo, vestido de negro, una antorcha roja en alto y rugiendo como auténticas bestias infernales. Vamos que igual el DYC me sensibilizó un poco más hacia estas imágenes, pues ya sabéis que el Pepe se emociona mucho, pero tampoco exagero (no más de lo que haría un cazador). Creo que el que no haya visto esto tiene que hacerlo para el año que viene y decirme si soy exagerado o no.
